A condición
Protegería
-aunque fuera con la vida de otro-
una mota de polvo que en mí depositaras
cuando desenterrara
-claro está-
mi corazón de sus escombros
rescatara
a la araña de su tela.
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La Noria
Hubo un día, en el que me sentí perdido,
como el pony de una feria.
Lloroso y aturdido.
Me acerqué con desespero hacia un viejo feriante,
al que tembloroso, pregunté:
-¿Dónde estoy?-
Y con la triste sonrisa de un sabio, me respondió:
- Recién llegando a la noria jovencito.
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