jueves, 21 de agosto de 2014

Cumpleaños sin ti

Quisiera que mi voz se elevara tanto
que abriera un hueco en el espacio
donde llegar con lo que sentimos, y despacio,
hacer de la tristeza sonrisa y canto.

El camino más rápido es el recuerdo,
pan nuestro de cada día que devora
como el paso del tiempo a cualquier roca
rodando por esta tierra que moldea con su feudo

aquello que somos y seremos.
Así pues, es lo que queda, recordar y escribir,
cantar, llorar, brindar y descubrir

 
como pasan las lunas, esas con piel de estaño,
narrando con su aureola que siempre nos faltará algo.
Saciar la sed es tan difícil cuando los tragos son tan amargos.

Y es por eso que florecen de la memoria los ratos
donde reímos, respiramos y bailamos, mientras,
un mundo del revés nos señala con el dedo,
la locura de los cuerdos, la cordura de los locos,
las mañanas de los sueños. Las veces que nos veremos.