sábado, 17 de mayo de 2014

Decidido

Te olvidaré
muy a mi pesar
como tú hiciste.

Se acabó follar
sin saber nada de ti.

No habrá más preguntas
buscando la respuesta
en las caricias de una piel ausente.

Si he de oír algún acento de placer
será el de la brisa con su sexo
en zafarrancho de combate
y entre sus pechos domadores
la sapiencia, el deseo,
y la virtud, con la esperanza
de copularle a los cuatro vientos
por obra y gracia de dos.

Desprendimiento de retina

Así fue, de veras, como sucedió.
Atravesó el cristal de tu mirada
rotunda y rota, húmeda morada
que albergaba aquello que no ocurrió.

Ahora, ya no seguirás el camino
puesto a tus pies con colores de octubre,
almacén del sueño, y de un hoy insalubre
buscando mientras grita, su destino.


La luz al final del túnel es cara
y el campo de visión se antoja oscuro.
Mirar hacia detrás es no ver nada,


hacerlo hacia delante es siempre duro.
Si desprende, tal vez, nuestra retina,
guiarnos por el alma ha de ser seguro.