viernes, 20 de enero de 2012

Confesiones de otoño


 Confieso

que en el otoño no existo
me acuso de sentirme tan perdido

Admito

que me muero sin matarme
por el aire que dejo de respirar.


Confieso

que sólo estoy para el diablo
él me presta su alma
la mía está caída
arrastrándose por húmedo suelo.

Me declaro culpable
condenado

impreso con tinta china que borra
lo que ayer pude dejar bien escrito.

Confieso
ser el arma del delito.

LLévenme a una celda con vistas al mar
prefiero ahogar mi mirada que seguir viendo borroso.

La primavera sería mi libertad condicional
sí al menos
pudiera sonreir.

Octubre 2o1o

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