martes, 16 de noviembre de 2010
Al lado de la estatua
Quisiera hacer una oda
a la sensibilidad
mientras, el tiempo me joroba
y la vida me da igual.
Sentado en un banco,
de repente,
una sonrisa de ojos azules aparece
pienso que se acerca a mí,
qué más quisiera!
le fascina la estatua a mi espalda
donde los pájaros dejan sus heces.
Lamentando mi suerte,
sin que se note,
admiro esa mirada de alma sutil
que encuentra belleza allá donde mira,
desde de el mes de mayo,
al lluvioso abril.
Pretendo ser el poeta de largo chaquetón negro,
que visita los infiernos con aroma de estragón,
pero me encuentro en el cielo,
-un parque con cacas de perro,-
buscando sentido a la vida
preguntando al corazón.
(que lástima que fuera acompañada)
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